A pesar de la influencia que el trabajo de Celso Rojas ha tenido en la formación de artistas y arquitectos en la ciudad de Quito, su obra artística ha sido expuesta muy poco, su última muestra en Quito fue en el 2001; mientras Celso montaba su muestra en el Museo de la Ciudad, las Torres gemelas se desplomaban en Nueva York y posiblemente, muchos de sus estudiantes actuales todavía no habían nacido. La trayectoria de Celso es larga y fructífera. Dibuja “desde siempre”, inclusive mientras cursaba su carrera en Arquitectura, el dibujo ya era su prioridad. Para hacer justicia a la gran producción de este artista es necesario hacer una gran muestra retrospectiva acompañada de una investigación curatorial; sin embargo, resultaría larga por lo abundante de su producción, así, este es un proyecto que queda pendiente. Sin embargo, no hemos querido dejar pasar esta oportunidad para rendir un homenaje al maestro Celso Rojas y a su carrera de docente y artista.

Para esta muestra, el Maestro hizo una primera selección de series realizadas en este siglo. De esta selección se escogió una serie y algunas otras obras que podían dialogar con ella. Se trata de 25 cuadros realizados con la técnica de pincel seco, cuatro carboncillos y un acrílico. En la exposición se han incluido también 6 boceteros y 2 objetos con el objetivo de hacer una pequeña muestra de todo el trabajo que ha realizado el maestro. Se escogieron estas obras porque muestran el mundo oculto del artista en medio de una oscuridad cromática que, sin embargo, generan mucha luminosidad. Para Henri Barbusse “la oscuridad no existe, lo que llamamos oscuridad es la luz que no vemos” y en la obra de Rojas esta luz es deslumbrante pues, aunque formalmente predomina el negro, su obra presenta una claridad cegadora que se da por su incansable producción.

No se puede hablar de la obra del Maestro Celso Rojas si no se habla de su labor como docente. Inició como profesor desde antes de graduarse y ha pasado por las universidades más prestigiosas del país. Tanto en arquitectura como en artes, Rojas ha iluminado el camino de varios estudiantes que lo recuerdan con cariño y admiración por su generosidad y prolijidad en el momento de enseñar. Lo noble y diáfano de su trabajo como docente contrasta con la oscuridad de sus obras inspiradas en su mayoría, en la literatura gótica de Lovecraft y Poe; y en este contraste se complementan. Se trata de un artista completo que, tanto por su labor artística, como por su trabajo en la docencia se ha ganado el apelativo de “Maestro”. Parecería que Karl A. Menninger pensó en Celso Rojas cuando dijo “lo que es el maestro es más importante que lo que enseña” porque Celso no solo enseña en las aulas, sobre todo enseña con el ejemplo. 

Texto de la exposición de Celso Rojas presentada en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito

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