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El tucán y la prótesis: Affectus de Paula Proaño Mesías (una reflexión artística sobre el Transhumanismo)
By María del Carmen Oleas Posted in Arte contemporáneo, Uncategorized on January 26, 2024 0 Comments 10 min read
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El siglo XV trajo consigo transformaciones que influyeron en todo el planeta entre otras, la aparición del Humanismo como corriente filosófica implicó cambios sustanciales en la forma de vivir y de pensar de occidente. Tal vez la reforma más importante que propuso esta idea fue el cambio en el eje principal de pensamiento; de un teocentrimso oscurantista se pasó a un antropocentrismo iluminista; con este punto de vista el mundo dio un giro radical.

El Humanismo renacentista puso su énfasis en la educación como medio para ennoblecer al hombre y, para llegar a eso, la imprenta de Gutenberg jugó un papel decisivo, lo que colocó a la tecnología en el centro del desarrollo. El Humanismo también trajo consigo tendencias que, hasta entonces hubieran sido impensables, como la posibilidad de un punto de vista laico y un progresismo social, esto desembocó en la demanda de derechos para la humanidad y en la búsqueda de libertades políticas y de igualdad social.  

El Humanismo renacentista tiene eco hasta la actualidad y se puede ver en las tendencias transhumanistas que están poblando el imaginario contemporáneo. Existen autores (Quesada 2018) que aseveran que no existe una relación directa entre Humanismo y Transhumanismo; sin embargo, los paralelismos entre ambos son axiomáticos. En primer lugar, la idea de centrar el pensamiento en el ser humano y en modos de “mejorarlo” (human enhancement). Mientras el Humanismo propuso a la educación −por medio de la tecnología− para el progreso humano, el Transhumanismo propone a la tecnología en si misma. Como se ha dicho, eventualmente el Humanismo estableció la búsqueda de derechos y de mejores condiciones de vida con lo que respecta a lo social y a lo político. De la misma manera el Transhumanismo pretende erradicar problemas de pobreza, injusticia social y desigualdad por medio del progreso tecnológico. “Los aspectos en los que se busca la supuesta mejora del ser humano abarcan desde las capacidades físicas, morales e intelectuales, hasta las emociones, la longevidad y prolongación de la juventud” (Marcos 2018 p. 110). Podría pensarse que el Transhumanismo es la evolución contemporánea del Humanismo y que ambas corrientes de pensamiento comparten a la tecnología como medio para sus fines comunes.

La discrepancia entre ambas corrientes de pensamiento viene cuando el Transhumanismo propone una serie de debates bioéticos sobre el mejoramiento de los seres humanos desde la tecnología.  

“Los procedimientos pueden ir desde la modificación de la dieta, hasta la modificación de estructuras moleculares u orgánicas, modificaciones permanentes de bases genéticas, empleo de diversas sustancias químicas, desarrollo de prótesis motoras o sensoriales, externas o internas, en forma de hardware o de software, potenciación del crecimiento de la corteza cerebral, etc.”. (Marcos 2018, p.110)

En este marco aparecen discusiones que vinculan a los fines transhumanistas con pensamientos eugenésicos por la posibilidad de la modificación genética. En esta línea también se dan cuestionamientos sobre la naturaleza humana y su “uso real” para el “mejoramiento” que plantea el Transhumanismo. De esta forma, mientras hay autores que separan completamente lo humano de lo animal en función de un “mejor humano” (Ortega 1964; Dieguez 2017), también existen autores que reafirman el beneficio de lo natural y de la naturaleza con el mismo fin (Fukuyama 2002, Habermas 2002).   

En medio de estas disputas, sin embargo, se puede ver al arte como el punto en el que confluyen Humanismo y Transhumanismo. Cuando surgió el Humanismo no había separación entre arte y ciencia −un ejemplo es el trabajo de Leonardo Da’Vinci−, tuvieron que pasar dos siglos para que ambas disciplinas se separaran. Actualmente después de tres siglos de separación, el Transhumanismo las vuelve a juntar en una misma lógica, ofreciendo inquietudes y estéticas científicas en productos artísticos contemporáneos.

La obra de Paula Proaño Mesías (Quito, 1996) además de insertarse estéticamente en las lógicas transhumanistas, plantea una pregunta básica acerca de la relación entre seres humanos y tecnología y, de alguna manera, responde a la cuestión sobre la naturaleza del hombre en el contexto transhumanista. La exposición Affectus trata la problemática del transhumanismo en la actualidad de una manera poética. Toma el caso del tucán Grecia que fue atacado en enero de 2015 por un grupo de jóvenes en Alajuela, Costa Rica; fue encontrado con su pico destruido y trasladado al refugio para animales silvestres ZooAve. Un año después un grupo de profesionales del diseño e impresión tridimensional y los médicos veterinarios del refugio intervinieron quirúrgicamente a Grecia para colocarle una prótesis de alta tecnología generada por impresión 3D. Este elemento le permitió llevar una vida, relativamente normal, hasta su muerte en febrero de 2022.

Frente a este evento la artista se pregunta sobre la tecnología como herramienta expansora del cuerpo humano y, para este caso, del cuerpo no humano. En el trabajo de la artista sus cuestionamientos están orientados a reflexionar sobre el impacto de la tecnología en los organismos y cómo las estructuras sociales los someten. De esta forma Proaño plantea una discusión sobre el uso de la tecnología en el cuerpo y la posibilidad del “mejoramiento humano” desde una postura política.

Para enfatizar en estos debates la artista se centra en la materialidad del objeto; esto implica la utilidad que se le da, la estética que plantea y la relación que mantiene con el cuerpo que lo activa. Con este objetivo Paula adopta una estética médica para su obra utilizando estructuras de acero inoxidable, semejantes a las mesas de cirugía en la instalación, y materiales como resina pigmentada, cuero, placas de aluminio, correas de velcro –materiales que hacen referencia a las prótesis humanas−, para los objetos artísticos. De esta forma su obra adopta un display que fluctúa entre lo artístico y lo quirúrgico, tensionando las posiciones políticas sobre el cuerpo y sobre su posible modificación a través de elementos tecnológicos.

Affectus muestra cuatro videos en lo que se puede ver, entre otras imágenes, a los objetos prostéticos en movimiento, ya sea con animación o activados por personas usándolos en movimiento como extensiones de su cuerpo. Expone también tres fotopolímeros y dos radiografías en las que se pueden ver imágenes de los objetos artísticos, pero hacen énfasis en la transparencia del material, relacionando la imagen con la piel transparente de los tucanes. Como pieza central se exhiben cuatro prótesis de pico de tucán que han sido adaptadas para el uso humano. 

En la línea de pensamiento transhumano que propone esta muestra, lo más interesante de la obra de Proaño es que pone sobre la mesa la cuestión sobre lo “interespecie”. En su obra ella utiliza su condición de humanidad para preguntarse sobre la posibilidad de realizar cambios corporales y “mejoras” a su cuerpo. En esta búsqueda la artista responde a sus cuestionamientos con la creación de objetos (que podrían definirse como prótesis, haciendo alusión al pico de Grecia) que son fabricados para individuos de otra especie (tucanes), pero en su utilidad, están adaptados para el uso humano.

En muchos casos las prótesis no tienen un fin utilitario y cumplen solamente, con un propósito visual o estético (Vargas et.al 2018). No obstante en el caso de esta exposición, las prótesis que ha creado la artista tienen un fin similar al de su diseño original (es decir la del pico de un ave), pero adaptado para el uso humano; estos objetos se ajustan a la mano de una persona y pueden servir para alimentarse, como lo haría un ave con sus polluelos. Así, con la creación de prótesis de picos de tucanes para el uso humano (en un momento transhumano) Proaño confecciona estos objetos como si fueran amuletos, es decir, desde la concepción de un cuerpo espiritual.[1] Con este gesto desmonta la figura de la mano humana como una forma corporal de poder antropocentrista y dota al pico de un ave de la posibilidad de ser parte de un acto tan natural y necesario para las personas como es el de comer.

Con la utilidad que Proaño otorga a estas prótesis se contesta la pregunta que pone en tensión al Transhumanismo actualmente sobre la importancia −o no− de la condición humana. La respuesta que obtenemos de su obra es abrumadora, la humanidad y la naturaleza son indispensables en la contemporaneidad transhumanista que vivimos. Solamente desde una humanidad desmedida es posible pensar en la tecnología como un vehículo para “mejorar” la condición humana y en esta búsqueda, encontrar la igualdad y la justicia que este pensamiento propone. Después de todo, sería imposible proponer un avance de lo humano, ignorando a la naturaleza como el contexto en que estas mejoras se desarrollarían.   

Referencias

Diéguez, A. 2017. Transhumanismo. La búsqueda tecnológica del mejoramiento humano. Barcelona: Herder.

Fukuyama, F. 2002. El fin del hombre: consecuencias de la revolución biotecnológica. Barcelona: Ediciones B.

Habermas, J. 2002. El futuro de la naturaleza humana. ¿Hacia una eugenesia liberal? Barcelona: Paidós.

Marcos, A. 2018. “Bases filosóficas para una crítica al transhumanismo” en ArtefaCToS. Revista de estudios de la ciencia y la tecnología Vol. 7, No. 2. pp. 107-125.

Ortega y Gasset, J. 1964 [1939]. “Meditación de la técnica” en Obras Completas Tomo V (1933 – 1941). Revista de occidente: Madrid.

Vargas, J. et al 2018. “Tecnología psicológica interconductual: diseño de prótesis” en Revista Electrónica de Psicología Iztacala Vol. 21 No. 3. pp. 963-988.


[1] Parte de la exposición es un pico de tucán fabricado en ónix, que lastimosamente no pudo ser parte de la exposición en Quito.

Texto escrito para la muestra Affectus de la artista ecuatoriana Paula Proaño Mesías presentada en el Centro Cultural Benjamín Carrión de la ciudad de Quito 2023.

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